miércoles, 1 de junio de 2011

Etiología del desencanto

La indignación es un virus que pasa por tu lado y que no nos infecta si uno tiene trabajo, que es el principal antídoto en sentido general aunque pueda fallar en algún caso particular. Cuando el desempleo llega en un país como el nuestro a los cinco millones, cuando las expectativas para  encontrar el primer empleo son escasas ,  e inexistentes para los desempleados con cuarenta o más años, cuando el subsidio de paro, que no puede ser eterno, no alcanza a todos los que lo necesitan, cuando los que tienen empleo lo tienen en precario o tienen el mismo sueldo que dos años atrás, siendo el coste de la vida mayor, cuando la clase media , columna vertebral del país, sufre los embates de la crisis ,surge la indignación.  
 Pero y con todo, más me indigno yo cuando oigo los rescates millonarios de las cajas (dinero del  FROB, en gran parte finaciado por por los Presupuestos Generales del Estado)para aminorar los agujeros negros dejados por sus golfos gestores durante los años de vino y rosas, de las inyecciones ingentes de dinero de los Bancos Centrales para reflotar economías nacionales, véase Irlanda, Grecia y Portugal, cuando se suceden las quiebras multimillonarias por gestiones frauudulentas que se llevan por delante las inversiones de los que han confiado en ciertos productos o entidades financieras(Lehman Brothers, el affaire Maddox y en nuestro país Forum Filatélico, Afinsa, Finanzas Forex. Cuando conocemos que unos dos mil cargos públicos cobran de las Cajas aparte de sus ingresos ordinarios como alcaldes y concejales, cuando sabemos que un ex presidente de la Junta de Extremadura posee una oficina cuyos gastos son soportados por el gobierno de la Comunidad incluyendo cuatro coches a su disposición entre ellos dos de alta gama,uno de ellos, el Audi A8 ha costado más de 56000 euros y los gastos de gasolina en tres años han sido de 90835 euros, mas sus cuatro empleados que cuestan a las arcas públicas 88000 euros, más el personal de seguridad, flores, lencería, vinos,el local qué se yo, y todo esto sin techo presupuestario.                                                                                                      
Cuando algunos pensamos que la Seguridad Social y el sistema de pensiones no deja de ser un sistema piramidal a lo Ponzi que puede quebrar si los ingresos en  caja no ascienden en mayor medida que el importe de las prestaciones, cuando los gastos en asesores y en la multiplicidad de administraciones no tiene límite, cuando las Autonomías y sus respectivos gobiernos  sirven para sangrar al Estado central y encima para dividir a los españoles, hemos llegado al fracaso en la previsión, al despilfarro en la gestión, a la discordancia en la legislación, al desencanto primero, a la indignación después y por último a la rabia.
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