lunes, 2 de mayo de 2011

No es el final de Al Qaeda

Siendo un golpe muy duro para Al Qaeda, la muerte de su líder Bin Laden a manos de un cuerpo de elite estadounidense, no es el final de la organización. Osama Bin Laden ha dejado posiblemente un testamento siniestro, en el que se dispone lo que hay que hacer en el caso de su fallecimiento por medios violentos, quién le sucederá en el mando y qué acciones emprenderán los terroristas para vengar su muerte. La organización criminal está extendida, por medio de células, en los países occidentales dispuestas a pasar a actuar cuando se lo ordenen. Es posible que hoy alguno de estos grupos haya recibido la orden de actuar de inmediato.Las naciones libres deben de extremar sus medidas de seguridad y vigilancia para que la hidra de siete cabezas no vuelva a golpear dejando un inmenso reguero de sangre y horror.La llamada guerra santa alimentada por Bin Laden ni es guerra ni es santa. Es puro y duro terrorismo creado, mantenido y financiado por un árabe rico que se formó y graduó en Occidente y que después recibió entrenamiento por los norteamericanos en Afganistán cuando la invasión de este país por los rusos.
En este caso muerto el perro no se acabó la rabia.

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